El Molón

Oppidum sobre un cerro ocupado entre los siglos VII y I antes de nuestra era, y que alcanzó su máximo esplendor en el siglo IV, momento en el que adquirió el aspecto monumental que le caracteriza. Destaca el complejo sistema defensivo que protege la parte oriental del recinto, del que se conserva diversos lienzos de muralla, restos de un torreón, la puerta principal y diversos antemurales, así como un foso tallado en la roca. Se conservan también algunas estancias abiertas a un espacio central donde hay una gran cisterna. El conjunto nos ofrece hoy una clara imagen de lo que sería un oppidum, un poblado fortificado de la época.
Sabinas y enebros junto con diversas especies vegetales rupícolas constituyen la vegetación de esta muela situada a más de 1.100 m de altitud.
El yacimiento cuenta también con restos de época islámica de los siglos VIII al X, periodo del cual destacan los restos de una mezquita y un albacar, un recinto delimitado por un muro perimetral construido en piedra seca destinado a la guarda del ganado.
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